28 agosto 2009

TRABAJO

Es increíble darme cuenta como un libro puede atraparme, ¡de verdad! Pues así como me sucedió con "La quinta disciplina", ahora me está ocurriendo con "¿Quién decie lo que está bien y lo que está mal? Etica y racionalidad, de Luis Guerrero Martínez.

Sin duda creo que la ética ha sido mal entendida e incluso mal interpretada desde que los griegos la empleaban, hasta ahora que las cosas se han transformado tanto social como culturalmente, en gran medida por la globalización.

En fin, con esta entrada presento algunos puntos que el propio autor menciona con referencia al trabajo:

*Trabajar para superar un límite es un acto elevado de libertad, pues lo que hacemos es superar algo que nos limita, nos liberamos del límite.

*El carácter abierto de los seres humanos conlleva la necesidad de relacionarnos con los demás por medio del trabajo, no solamente porque unos necesitan del trabajo de otros, sino porque muchas realizaciones se consiguen gracias al trabajo conjunto.

*El trabajo nos conduce a un sentido profundo de la amistad, cada individuo cuenta con sus propias cualidades e intereses de crecimiento y superación. Alegrarse en el ser del otro es una manifestación de amor, de la amistad auténtica , en el deseo de que la persona amada pueda desarrollarse en su propia individualidad congratulándose así con su crecimiento, respetando y apoyando sus proyectos.

Ufff, el punto anterior me llega profundamente por ideas que he concebido durante años pero que de alguna u otra manera no había redactado para darlas a conocer. ¿Qué pasaría si todos entendiéramos éstas palabras? ¿Cambiaría la definición de AMOR? ¿Logran entender cómo es que a veces llegamos a depositar la felicidad en otros? Es decir, ¿cómo puede alguien llegar a influir tanto en nuestra vidas, que si esa persona está feliz nosotros también y, por el contrario, si está triste, nos sucede lo mismo? ¿Existen tales conexiones "fuertes en el universo? ... yo creo que sí, de hecho me ha pasado con relaciones amistosas.

Sigamos...

* Muchas personas se sacrifican en un trabajo que no les satisface; sin embargo, muy pocos logran salir de ese círculo vicioso; una absurda cadena que se justifica engañosamente desde la moralidad aludiendo al "sentido de responsabilidad".

¡Wow!, ¿a poco no es muy cierto? Cuántas personas han dejado de disfrutar lo que hacen, por sentirse obligados a seguir haciéndolo por quedar bien con la sociedad o, en su defecto, por no sentir la presión de la gente, cada vez que les preguntan: y tú, ¿a qué te dedicas? . . .

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