08 septiembre 2007

EDUCACION VIAL:

¿Alguien en México conoce el significado de estas palabras? O más bien, replanteo mi pregunta: de todos aquellos que saben el significado real de la educación vial, ¿quién realmente la aplica en la vida cotidiana?

Me he llevado muchas horas reflexionando sobre las diferencias abismales que existen entre los países de primer mundo y entre aquellos que están en vías de desarrollo como es el caso de México, ahhh México lindo y querido, ¿será?

En fin, son diferencias aparentemente mínimas pero con las cuales se podría marcar una distinción brutal. Tal es el caso del motivo de mi entrada de hoy: ¡saber manejar! Se escucha fácil pero casi todos los que manejamos no conocemos los reglamentos o bien, hemos errado en la toma de decisión ante algún acontecimiento vehicular, ¿a poco no?

Hoy el UNIVERSAL publicó en la sección de "automóviles" un reportaje que me pareció destacable pero que fuera de lo trillado, lo que destaco es el hecho de actuar con mera conciencia y no esperar hasta las últimas consecuencias como está siendo el caso del calentamiento global, ¡malditos humanos que somos! Si todavía hay dudas al respecto, habría que preguntarse por qué Dean, Henrriete y Félix llegaron tan próximos.

Bueno, retomando las riendas de mi entrada, me evoco al tema: “Un estudio de Ford Motor Company comprueba que existe una correlación directa entre el ahorro de combustibles, el comportamiento del conductor y el ciudadano del vehículo”.

Interesante sin lugar a dudas, pero cómo podría un simple comentario entrar en la cabeza de varias personas y lograr que cambiasen sus paradigmas, ¿imposible? Yo creo que no, y me uno fielmente a la creencia de que el cambio de hábitos –aunque suene a película- en una sola persona, efectivamente sí puede marcar la diferencia.

Ojalá reflexionemos pues “existe un estudios en estados Unidos en el que 91% de los conductores reconocen que tienen malos hábitos de manejo y se comprueba que son responsables de a mayoría de los seis millones de accidentes automovilísticos que se registran cada año en las avenidas de ese país”.

Así que, mis queridos lector@s, es necesario pensar sobre nuestros actos pues determinan las consecuencias que en ocasiones no tienen remedio y por el contrario, acarrean con un sin fin de acciones negativas.


REFERENCIA: nota de Jorge Arturo López Gómez, publicada en el UNIVERSAL el día de hoy.

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